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La imagen pertenece a la obra Yocasta
del escultor español David Moreno
De modo que en el punto de partida hay un objeto perdido. A continuación el saber sobre ese objeto. Lo que distingue al poeta es que, para él, el saber perdido tiene una forma. Es la forma de ese saber lo que él tiende sobre el papel. El estilo es una coacción. Por otra parte, todo ocurre en arte como si el objeto parcial no estuviera totalmente perdido. El artista recuerda que ese objeto está hecho de sonidos, que se traducen sea en música, sea en palabras en el verso, o bien de miradas, que se metamorfosean en colores sobre la tela. Subsiste del objeto "como un virtual reguero de fuegos sobre piedras preciosas" (Mallarmé). Lo que le falta al artista no es el objeto. Es el saber sobre la forma del objeto. En el límite, el saber es más importante que el objeto, porque el saber es a base de amor. Y lo que cuenta es el amor. Ahora bien, no hay amor basado en el desconocimiento.
El poeta no queda nunca satisfecho por la fórmula del saber que él escribe. Una vez terminado, el texto se desexualiza. El fetiche sólo actúa una vez. En consecuencia, el poeta recomienza. Reescribe indefinidamente la forma del objeto, con el sexto sentido del histérico. Pero los desechos desexualizados que abandona conservan la marca histérica. Lo que les permite manipular lo inconsciente del lector, como lo hace el ícono en pintura.
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6 comentarios:
¡A la pipeta! Me llevará tiempo entender algo de todo esto... Dejo otro abrazo por acá.
No hay apuro, 3C. El texto quedará acá. Al menos vaya llevando de a poquito, esa es la idea de fragmentar. En de mientras seguimos reemprendiendo la búsqueda.
Abrazo pa´lla.
De Lacan no conozco mucho más que la teoría del espejo, no es mi fuerte el psicoanálisis, la Filosofía jaja, tampoco conocía al autor del fragmento, aunque debo reconocer que le texto en sí me habla de búsquéda (ese "saber") , y al mismo tiempo de incompletud, sensación que muchas veces experimenté sobre el papel.
Y sí, algo de lo que dice al final sobre la pintura tendrá que ver ( me impresionó la imagen de Moreno, y qué se yo por qué...
Un beso
Yo tampoco conocía al autor, me lo interpuso el azar en una librería de usados. Tampoco sé mucho sobre Lacan, che, pero me interesó el fragmento por esa suerte de explicación del efecto que produce el texto en el lector. Y esa búsqueda, siempre insatisfecha, de la forma. En fin, revelador.
beso
La literatura es una práctica semiótica (Kristeva), pero como la semiología no tiene un concepto fijo de lo que es ella misma (ni siquiera tiene un objeto de estudio claramente definido y por supuesto que tampoco un consenso en cuanto al proceso de analisis)entonces la literatura tampoco sabe muy bien cual es su objeto ni su proceso, ni cómo definirse a si misma, por ende, el que escribe tampoco debe saber muy bien lo que hace, no? Quiero decir, a nivel consciente...
Capaz que algo de eso del ultimo párrafo de tu post, jaja
Nada es imposible, ni siquiera el imposible
Saludos, Néstor, ya ves que volví de mis vacaciones literarias. Es que a veces es mejor mantenerse al margen, antes que cometer crimenes de lesa literatura...
Sí, sí, claramente veo que volviste! Carajo! de cuantas cosas carece la semiología, por ende también la literatura y por consiguiente también yo estaría quedando huérfano. Querés que te diga una cosa: me amargaste la tarde, noeliaaaa... digo, juliaaaa... Volviendo al punto de partida: ¿Hay un objeto perdido...o el objeto nos pèrdió a nosotros????
Gracias por volver.
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